Descubre qué cuidados, actividades y apoyos ofrecen las residencias de mayores, a quién van dirigidas y cómo elegir la mejor opción para tu ser querido o para ti.
Una residencia de mayores es un centro especializado donde las personas mayores reciben atención integral y personalizada, tanto si necesitan una estancia temporal como permanente. Estos centros están diseñados para proporcionar seguridad, compañía y todos los cuidados que muchos mayores no pueden obtener en su propio hogar. En una residencia de ancianos se garantiza alojamiento adaptado, seguimiento médico, asistencia diaria y actividades que fomentan el bienestar físico, emocional y social. Todo ello con un equipo humano profesional formado específicamente para cuidar a personas mayores en todas sus dimensiones.
Ofrecen servicios personalizados y tienen una variedad amplia de comodidades y servicios para el mayor.
Financiadas por el Estado y suelen tener precios más accesibles. Debes considerar que el tiempo para que te otorguen una plaza es mucho más lento.
Combinan características de las residencias públicas y privadas.
Según datos recopilados por Tu Hogar Mayor, los precios mínimos medios mensuales varían considerablemente de una provincia a otra.
Asegúrate de visitar varias Residencias para ver las instalaciones y conocer al personal.
Busca opiniones y experiencias de otras familias.
Asegúrate de que la Residencia ofrezca los servicios y cuidados que tu ser querido necesita.
La cercanía con la familia y amigos es un factor importante.
Asegúrate de entender completamente los costes, los servicios que se incluyen y la financiación disponible.
Consulta la proporción de personal por residente para asegurarte de que haya un cuidado de calidad.
Las residencias suelen ofrecer alojamiento, comidas adaptadas, atención médica, actividades sociales, asistencia personal diaria y apoyo emocional.
Debes valorar la cercanía al entorno familiar, el nivel de dependencia, la especialización del centro y las valoraciones de otras familias.
Se ofrecen estancias permanentes, temporales o de respiro familiar, según las necesidades del residente y su entorno.
Principalmente personas mayores con algún grado de dependencia o que necesiten apoyo diario. Algunas residencias aceptan también personas más autónomas.
Las públicas están subvencionadas y tienen listas de espera más largas; las privadas tienen mayor disponibilidad, más servicios personalizados y diferentes precios.